Derechos Humanos, ubi sunt? El precio de la inacción en el contexto global actual
- diciembre 10, 2024
- Posted by: Mariano
- Categoría: Revista Digital
Año 1958. Se conmemoraba el 10º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En aquel momento se preguntaba Eleanor Roosevelt dónde estaban los Derechos Humanos. A continuación respondía que éstos se encontraban “en pequeños lugares, cerca de casa, en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa”. Quizás ahí reside el problema. Más de 75 años después, los Derechos Humanos siguen siendo invisibles para aquellos que deberían preservar su respeto y protección.
Sin embargo, los “pequeños lugares” a los que se refería Eleanor Roosevelt son, hoy más que nunca, escenarios de grandes tragedias. Los conflictos actuales han puesto a prueba los mecanismos internacionales que deberían garantizar la protección de los derechos humanos, revelando profundas limitaciones en su capacidad de actuar de forma eficaz y oportuna. La inacción o la parálisis (voluntaria), especialmente en un Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde se juegan las grandes alianzas internacionales, deja a millones de personas atrapadas en zonas de conflicto, enfrentando violaciones flagrantes de sus derechos sin una posibilidad de amparo. Y no hay nada más des(in)humano que perder por completo la esperanza.
Por desgracia, el año 2024 dista de ser muy diferente a su predecesor (del que ya hablamos en este artículo). La guerra entre Ucrania y la Federación Rusa es un constante tira y afloja que parece no tener fin. ¿O sí? El recién electo Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya avisó de que, con él sentado en la Casa Blanca, la guerra no duraría más de 24 horas. La pregunta legítima que todos nos hacemos es: ¿A qué precio? ¿La soberanía del pueblo ucraniano será socavada? ¿Qué precedente se estará asentando en caso de que la paz venga acompañada de la concesión de territorio soberano de Ucrania? La respuesta a estas preguntas, en cualquier caso, no parecen augurar un panorama halagüeño para los ucranianos y para el respeto de sus derechos.
Ya no quedan adjetivos que colocar a la situación en Palestina. El drama en la franja de Gaza alcanza unas cotas insoportables de desolación, con 44.000 muertos desde que comenzó el conflicto, mientras los ataques a personal humanitario, y la destrucción de hospitales y evidencian la brutalidad de la guerra… Pero no todo está perdido. En enero de 2024, la República de Sudáfrica demandó a Israel ante la Corte Internacional de Justicia (demanda a la que también se ha sumado España) por vulneración de la Convención contra el Genocidio de 1948. Además, recientemente la Corte Penal Internacional ha cursado una orden de detención del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Los conflictos bélicos no son la única fuente en la que encontrar violaciones de Derechos Humanos. La representación y la legitimidad política también son expresión de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, y su vulneración también debe ser denunciada. 5 meses después de las elecciones, seguimos sin conocer cuál fue la voluntad popular del pueblo venezolano, y el propio Comité de Derechos Humanos de la ONU ha exhortado al gobierno de Maduro a no deshacerse de las actas y a publicarlas lo antes posible.
Y no podemos olvidar que de nada sirve intentar proteger los Derechos Humanos si no tenemos un planeta en el que vivir: Etiopía lleva desde finales de 2020 sin apenas ver la lluvia y 6 millones de niños están en peligro por una sequía pertinaz. Cada vez son más los países que están en riesgo por las consecuencias del cambio climático, y desafortunadamente nuestro país las ha sufrido también en la Comunidad Valenciana. “No hay planeta B”. Es un mantra que los activistas climáticos nos llevan repitiendo desde hace años. Defender los Derechos Humanos pasa inexorablemente por impulsar medidas drásticas e inmediatas que frenen estas consecuencias. No hay marcha atrás, pero podemos impedir que vaya a peor.
En el IIDH-España estamos concienciados con dar voz a los invisibles (o, mejor dicho, a los invisibilizados). Por eso, recomendamos a los lectores a echar un vistazo en nuestra Revista Digital a los dos artículos que exponen la situación de las comunidades indígenas en Guatemala, un testimonio desgarrador donde se conjugan precisamente las consecuencias del cambio climático con la discriminación de las administraciones públicas. Asimismo, seguimos organizando seminarios y conversatorios online para divulgar y difundir contenido sobre Derechos Humanos. Por eso, te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales para no perderte ninguna de nuestras actividades. Tu colaboración es muy importante, por eso esperamos en 2025 contar con tu apoyo económico para poder seguir exponiendo violaciones de Derechos Humanos y promover su respeto en todo el mundo. En los próximos meses daremos más información al respecto.
En definitiva, por muy desolador que sea el panorama en todo el mundo, no podemos dejar de quitar nuestra vista de aquellas vulneraciones masivas de derechos que nos indignan. Precisamente de esta indignación y de la empatía nace el sentimiento y la voluntad de querer cambiar las cosas. El futuro no puede adivinarse, pero el presente ya lo conocemos. Está entre nosotros. Trabajemos, por tanto, por mejorarlo para poder volver el año que viene y contar las noticias que más nos gustan: las de los derechos conseguidos.
Por más derechos en 2025.
Mariano Rodrigo Navas Escribano
Secretario General del IIDH-España